¿Sabías que el cultivo y consumo de la berenjena llegó a España con la cultura árabe? En la India ya se cultivaba al menos 1.500 años antes de Cristo, y su uso se fue extendiendo hacia occidente poco a poco, con las primeras referencias escritas en Europa en torno al siglo XV. Si quieres que también formen parte en la actualidad de tu huerto casero, te damos las pautas para cultivarlas con éxito.
Siembra de berenjenas: cómo y cuándo hacerla
La berenjena no es un cultivo de siembra directa, sino que debes sembrarla primero en semillero. Sus semillas son pequeñas, y te recomendamos que pongas dos o tres en cada alveolo de tu semillero enterrándolas a un dedo de profundidad. Una vez sembradas, como siempre, tienes que regarlas, en este caso con un pulverizador, para evitar que el agua remueva la tierra y mueva las semillas. Los mejores meses son marzo, abril y mayo.
La berenjena no es cultivo para impacientes: verás los primeros brotes una semana o diez días después de la siembra; tampoco en la parte de la cosecha es para impacientes, como veremos más adelante, ¡pero la espera merece la pena!

Trasplante de las berenjenas
Hay dos hechos que marcan el trasplante de los plantones de berenjena: el tamaño y el tiempo meteorológico.
A nivel tamaño, las plantitas estarán listas para ser trasplantadas a su lugar definitivo en el huerto, ya sí directamente en tierra, cuando tenga unos siete centímetros o unas siete hojas.
Para cultivar berenjenas necesitas una tierra profunda, rica y fértil, ¡y suficiente espacio! Ten en cuenta que los frutos son grandes, así que no es un cultivo que puedas tener en una maceta.
A nivel tiempo, recuerda que la berenjena es una planta asociada al calor. No le gustan los climas fríos, ni las heladas ni los suelos mojados, por lo que podrás trasplantarlas cuando las temperaturas se moderen, en primavera.
Si quieres, puedes hacer asociación de cultivos con col, hinojo y lechuga, así como con flores beneficiosas, por ejemplo tagetes, capuchinas o lantana.
Necesidades de riego y sol de las berenjenas
Las berenjenas son frutos grandes y carnosos, por lo que necesitan riegos abundantes cuando están fructificando. Asegúrate de que sean profundos (no superficiales). Previamente, en los semilleros y cuando las trasplantes, puedes pulverizarlas (en el semillero) o regarlas (en el huerto) unas tres veces a la semana. Aquí tienes un post especial sobre el riego con muchos más detalles.
La planta de la berenjena también es exigente en términos de luz, pues necesita muchas horas de sol directo, como buen cultivo que se recolecta en verano que es.
Cómo hacer para que la planta de berenjena sea más productiva
Aunque las flores violeta de la berenjena sean muy bonitas a la vista, tendrás que eliminar las flores menos vigorosas porque la planta suele producir más flores que berenjenas puede realmente producir.

Es decir, tendrás que hacer pinzamientos para quedarte solo con los tallos más sanos y las flores más prometedoras. Es mejor tener pocas y hermosas berenjenas que muchas y escuchimizadas.
Según la variedad de berenjena que estés cultivando, también puede que necesites entutorar la planta, es decir, proporcionarle unos apoyos donde la atarás para que el peso de los frutos no quiebre la planta.
Cómo y cuándo cosechar las berenjenas: no es cultivo para impacientes
Como decíamos, la berenjena no es apta para impacientes; si lo eres, tienes dos opciones: o entrenar la paciencia con una mata de berenjenas, o ponerte a cultivar rabanitos, que son la mar de rápidos.
Según la variedad de berenjena que tengas en tu huerto y de las condiciones meteorológicas del lugar, tendrás que esperar entre 3 y 5 meses para comerte tus primeras berenjenas. Esto se debe a que son frutos de gran tamaño que tardan en desarrollarse, ¡haz que valga la pena la espera!

Para cosecharlas, corta el pedúnculo con un cuchillo o navaja bien afilado, para no estropear el fruto ni la mata, y asegúrate de hacerlo cuando la berenjena tiene un color lustroso. Si pierde su aspecto brillante significará que has esperado demasiado.
La cosecha se puede realizar de forma escalonada hasta finales de verano.
Cuatro recetas viajeras con berenjenas
Por si acaso, te dejamos cinco platos para inspirarte:
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- Berenjenas a la parmigiana (o parmesana). Una de las más famosas recetas italianas, con capas de berenjena empanada y frita, intercaladas con salsa de tomate casera y queso mozzarella.
- Baba ganoush. Este puré de berenjena asada con tahini, ajo, jugo de limón y comino es propio de Medio Oriente aunque ya se puede encontrar en algunos restaurantes locales.
- Berenjenas salteadas con miel. ¡Esta es de nuestra tierra, Andalucía! Consiste en rodajas de berenjena doradas en la sartén con aceite de oliva, con miel por encima. Le puedes añadir semillas de sésamo tostadas (que en Andalucía se llama ajonjolí).
- Curry de berenjena y garbanzos. Originario de la India, es un guiso especiado con berenjena, garbanzos, tomate, leche de coco y curry en polvo. ¡No te pases (o sí…) con el picante!
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Curiosidades sobre la berenjena
Las hay desde muy alargadas a redondeadas, con varias tonalidades de morado, incluso a rayas, y la más llamativa es la berenjena blanca. Si lo piensas, el nombre en inglés de la berenjena es “eggplant”, que sería como “planta del huevo”; probablemente se lo puso alguien al ver las berenjenas blancas en crecimiento, pues realmente parecen huevos creciendo en plantas.
¿Te animas a cultivar berenjenas en tu huerto casero? ¡Venga, pruébalo!
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