En este post vas a descubrir todo lo que necesitas para cultivar zanahorias en tu huerto casero. Una de las mejores cosas de este tubérculo tan conocido es que puede sembrarse en casi cualquier momento del año, por lo que podrás ponerte manos a la obra en seguida. Descubre también cómo sembrarlas, cuánta agua y luz necesitan ¡y cuándo es el momento de cosecharlas! También te hablaremos de algunas curiosidades, de sus propiedades alimenticias y de las enfermedades o plagas que pueden atacar a las zanahorias. ¡Vamos al lío!
Algunos datos previos sobre las zanahorias
La zanahoria (Daucus carota) es un tubérculo perteneciente a la familia apiácea, antes denominada umbelífera, a la que también pertenecen el apio, el perejil, el hinojo, el eneldo y la cicuta, entre otros.
Se tienen evidencias de su consumo desde hace más de 3.000 años, en la zona de la antigua Persia (actual Afganistán).
Su raíz principal es napiforme, es decir, en forma de nabo, y le sirve para almacenar los nutrientes. Las raíces secundarias son pequeñas y tienen por misión alimentar a la raíz principal.
La mayoría de las distintas especies de zanahorias son bianuales, es decir, florecen al segundo año de su nacimiento. ¡Pero casi nadie llega a ver estas flores porque las cosechamos y nos las comemos antes! En el segundo año, les crece un tallo firme, alto, con una umbela de flores blancas muy pequeñas que tiene la peculiaridad de tener en el centro una flor de color pardo o negro; esta flor diferente tiene por misión atraer a los insectos polinizadores, ¡qué lista!
Cuándo y cómo sembrar zanahorias
Las zanahorias, junto con los rábanos, son hortalizas que se pueden sembrar y cultivar durante todo el año, siempre que las temperaturas no bajen de menos 5 grados o suban más de 40. No obstante, la época ideal para la siembra va desde marzo a julio. El clima mediterráneo es idóneo para este tipo de cultivo.
Aunque se pueden sembrar en semillero, te recomendamos sembrar directamente en el recipiente o en el huerto, ya que el traslado del semillero a tierra es dificultoso y se pierden muchas plántulas.
¡Atención! Las semillas de zanahoria son minúsculas, de hecho, en los sobres en los que se venden suele haber cientos de ellas. Con las que caben en la punta de una cucharita o en un pellizquito de los dedos tenemos más que suficiente para una buena cosecha. Como curiosidad, la primera vez que Clara sembró zanahorias puso “unas cuantas” en dos garrafas de agua de 6 litros reconvertidas a macetero; cuando las cosechó, ¡sacó 194 mini zanahorias!
Para sembrar las semillas de zanahoria te aconsejamos mezclarlas con arena de río, para facilitar su cultivo. Es mejor que las siembres con la técnica a voleo: coge un puñadito de la mezcla (semillas más arena de río) en la mano y ve distribuyéndola por la tierra lo más uniformemente que puedas.
Una vez que broten las plantitas, te recomendamos que hagas el aclareo, es decir, observar las plántulas y quedarte solo con las más vigorosas, sacando el huerto las menos aptas para asegurarte que te quedas con las mejores; a las que has sacado puedes darles una segunda oportunidad en una maceta, regalarlas, etc.
Dependiendo del tamaño del contenedor, tendrás que dejar más o menos distancia entre ellas. Lo ideal sería dejar unos 15 cm entre filas e hileras pero, si tienes poco espacio, con dejar 5 o 10 cm es suficiente. Ten en cuenta que, debido que crecen hacia abajo, necesitarás un recipiente de al menos unos 30 cm de profundidad. También existen variedades “nanas” o enanas que van muy bien si dispones de un sitio reducido y de escasa profundidad.
Como la mayoría de los tubérculos, las zanahorias necesitan un suelo franco, suelto, mullido, rico en materia orgánica y, sobre todo, con un buen drenaje para que el agua no se estanque y no pudra la raíz. Un aporte de estiércol enterrado antes de su siembra siempre será efectivo.
Necesidades de riego y luz
La zanahoria es una hortaliza que necesita bastante agua para su correcto desarrollo, sobre todo en verano, por lo que deberás regar con generosidad y de una forma constante. En épocas de mucho calor es conveniente regarlas cada día.
En cuanto a la luz, también es una planta exigente, cuanto más horas esté expuesta al sol, mejor.
Cómo saber cuándo cosechar las zanahorias
Dependiendo de la variedad que cultives tendrás que esperar más o menos para su recolección, no obstante, como norma general, a los tres meses de la siembra ya podrás empezar a recolectar.
Una señal clara de que la zanahoria ya está madura es que las hojas que han permanecido erguidas empiezan a inclinarse hacia abajo (siempre que no sea un síntoma de falta de riego).
Si no estás seguro, puedes simplemente desenterrarla para comprobar el tamaño. Si no está totalmente desarrollada no importa, porque no la desaprovecharás: obtendrás una zanahoria pequeña pero más dulce y tierna.
Un truco es retirar con los dedos la tierra de la base del tallo hasta llegar a la “coronilla”: si mide entre uno y dos cm de diámetro está lista para su recolección. Insistimos en que dependerá de la variedad cultivada.
Para extraerlas, tira hacia arriba de la base del tallo moviéndolo hacia los lados al mismo tiempo. Si se te rompe, usa una paleta trasplantadora para sacarlas.
Cultivos asociados
Esta hortaliza se asocia sin problema con todo tipo de vegetales: ajos, puerros, pimientos, tomates, lechugas, pepinos, berenjenas, etc. Sin embargo, no es conveniente que comparta espacio con especies de su misma familia como son el apio, perejil, hinojo… porque compiten por el espacio.
Enfermedades y plagas más típicas y cómo combatirlas
Los problemas más frecuentes que se pueden presentar durante su cultivo de las zanahorias son la presencia de la mosca de la zanahoria y de áfidos o pulgones. También puede ser infectada por algunos hongos tipo mildiu, pero como explicamos en el capítulo 10 de nuestro libro, hay remedios ecológicos para combatirlos. En este post te damos algunas ideas de cómo preparar y aplicar insecticidas caseros y ecológicos.
Súper truco. Está demostrado que la asociación de las zanahorias con la cebollas es un remedio súper eficaz para evitar algunas plagas. Si plantas cebollas y zanahorias alternadas o intercaladas, (una cebolla, una zanahoria, una cebolla, una zanahoria, y así sucesivamente), será un buen método de lucha contra insectos indeseables.
Curiosidades de las zanahorias
Aunque te cueste creerlo, las zanahorias originariamente eran de color violáceo por fuera y amarillo o naranja por dentro y se cultivaban por sus hojas y semillas, como sus parientes el perejil, el hinojo o el comino, y no por su raíz como hoy en día. No fue hasta el siglo XVI que los hortelanos holandeses consiguieron, mediante hibridaciones una zanahoria color naranja, zanahorias del color que era y sigue siendo el distintivo de la casa de Orange.
Por otro lado, las zanahorias se encuentran entre las diez hortalizas más consumidas en el mundo, y el ejemplar más grande que se ha cosechado la cultivó un agricultor de EEUU y pesó más de 10 kg.
Propiedades de las zanahorias
¿Sabías que es la hortaliza que, junto con la remolacha, contiene más cantidad de azúcares, y que el 80% de su contenido es agua?
Las zanahorias contienen beta-carotenos, unos pigmentos vegetales que el hígado se encarga de transformar en vitamina A. Esto hace que tengan propiedades antioxidantes y, junto con su contenido en fibras, las convierte en un alimento especialmente beneficioso para la piel, el sistema digestivo y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Además, favorece el crecimiento del cabello y de las uñas, fortalece la retina y previene las cataratas; la zanahoria es diurética y ayuda a eliminar los cálculos renales. ¿Quién de más?
Además, las zanahorias se pueden consumir de muchísimas formas: crudas, aliñadas, cocidas, asadas, al horno, a la brasa y en zumo. ¡Y están riquísimas!
Después de lo que has aprendido en este post sobre las zanahorias, ¿A que dan ganas de cultivarlas?