El jengibre es una planta de origen asiático, que llegó hace siglos a Europa, y que era ya usado por griegos y romanos. Actualmente sigue siendo más común en Asia, pero ha experimentado un auge en la sociedad occidental, especialmente vinculado a sus múltiples propiedades. En este post te explicamos cómo cultivar y disfrutar de tu propio jengibre.
Características del jengibre
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- Es una planta de la familia de las zingiberaceae de nombre científico Zingiber officinale
- Es conocida por su rizoma, muy apreciado en gastronomía y medicina tradicional.
- Sus raíces no son muy profundas, el rizoma está casi a ras de suelo, los tallos y hojas son rectos, puede crecer hasta el metro de altura y suele florecer en su segundo año.
- Puede cultivarse en interior pues no le gusta recibir mucho sol directo.
- Puedes empezar a disfrutarlo (en verde) a partir de los 4 meses.
- Los gingeroles, son los principales componentes activos del jengibre y responsables de su sabor picante.
Cómo cultivar tu propio jengibre
Lo más habitual es la reproducción asexual, es decir, utilizando una parte ya existente del rizoma en vez de usar semillas, lo cual es mucho más rápido que sembrar de cero.
Lo más adecuado es hacer el proceso a finales de invierno, pero en realidad puedes también hacerlo cualquier época del año. Es importante escoger rizomas que tengan varios nudos u ojos de crecimiento.
Pasos a seguir para cultivar jengibre:
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- Adquiere un rizoma de jengibre en la frutería, verdulería, mercado o similar.
- Córtalo en varios trozos, déjalos un par de horas en agua y usa alguna de estas técnicas para fomentar que broten nuevas yemas:
– Envuélvelos en papel de plata (sin secarlos) durante unos 10 días, dejándolos en un lugar oscuro.
– Mételos en una bolsa de plástico(sin secarlos)durante unos 5 días, dejándolos en un lugar oscuro. - Prepara el recipiente para sembrarlos:
– Es más importante que tenga más superficie (en horizontal) que profundidad (en vertical hacia abajo, con un palmo es suficiente), porque el jengibre crece a ras de suelo.
– Coloca cada trozo por separado con las yemas hacia arriba (¡importante!) y en horizontal (como tumbados, para entendernos), y presiona ligeramente hacia abajo pero no los entierres completamente.
¿Qué tipo de riego necesita el jengibre?
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- El jengibre necesita un riego abundante y profundo.
- El sustrato debe siempre tener humedad, pero hay que evitar que quede encharcado.
- Por ello, es muy importante que el recipiente elegido tenga un buen drenaje.
- ¡Ojo! Cuando riegues, procura que no le caiga agua a los rizomas, sino sobre el sustrato.
- Si lo tienes en interior, bastaría con regarlo cada 3 o 4 días. Al estar en interior no sufrirá mucha evaporación. Eso sí, ¡no lo pongas cerca de la calefacción!
Cuidados del cultivo de jengibre
Este cultivo no es muy delicado y no se ve afectado normalmente por enfermedades. Esto es lo que tendrás que tener en cuenta:
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- No debe darle muchas horas de sol directo al día; es más, lo puedes cultivar en interior como decíamos al principio.
- Evita que sufra heladas ni esté en corrientes de aire.
- Tras un mes o mes y medio, puedes añadir un poco de abono ecológico al sustrato (consulta este post sobre abonos naturales)
- Con el tiempo, los rizomas se irán quedando a ras de tierra o yendo hacia abajo por si solos.
Resultados y cosecha
A las dos semanas
Ten en cuenta que lo que has sembrado ya tenía sus brotes, por lo que transcurrido este tiempo podrás ver ya que:
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- Han desarrollado raíces, hacia abajo.
- Los brotes se han convertido en tallos y han crecido hacia arriba.
A los cuatro meses
Si estás impaciente por probar tu cosecha de jengibre, a los 4 meses podrás cultivarlo en lo que se le dice “en verde”, o sea, que aún estaría verde, no maduro, pero se puede hacer. De hecho, así su sabor resulta más suave.
Solamente tendrás que cortar, con un cuchillo o navaja bien afilado, la parte que quieras consumir. Verás que está carnoso. Si aparecen hojas secas en los tallos, ve quitándolas.
A los 10 meses
Diez meses después de que hayas sembrado, podrás cultivar tu jengibre en seco, que es la forma más común de consumirlo. Este sería el proceso:
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- Corta los tallos. Probablemente estén bastante secos, es normal. Puedes reutilizarlos como mulch.
- Desentierra los rizomas, ¡verás qué alegría!
- Quítales las raíces (¡no se comen!)
- Lávalos a conciencia y sécalos después
¡Y ya estarían listos!
Qué hacer con tu cosecha de jengibre
Con tu cosecha de jengibre podrás hacer varias cosas:
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- Una parte, para consumir
- Otra parte, para congelar
- Otra parte, para regalar a amigos y familiares.
- ¡Y otra parte para volver a comenzar de cero el proceso!
Usos y propiedades del jengibre
Se han descrito numerosos beneficios del consumo de jengibre, como por ejemplo:
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- Antiinflamatorio
- Contra el mareo y las náuseas
- Es digestivo
- Descongestiona los resfriados
- Estimula la circulación
- Antioxidante
Cómo tomar jengibre
Seamos sinceros: no puedes comerte el jengibre a palo seco ni en grandes cantidades porque tiene un sabor fuerte e incluso picante.
Digamos que el jengibre es un complemento, pero nunca será el ingrediente principal. Dicho esto, se suele usar:
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- Para condimentar platos de comida india, china, etc.
- Como transición entre sabores (por eso ponen jengibre encurtido acompañando el sushi).
- En repostería: se usa en bizcochos, galletas, etc.
- En infusión: la forma más directa de usarlo. Si te resulta muy fuerte, ponle un poco de miel.
- En zumos o batidos: combinados con otros ingredientes.
Curiosidades
Para terminar, dos datos curiosos:
¿Sabías que las plantas de jengibre, de un metro de altura y con bonitos escapos florales, se usan también como decoración en jardines? ¡Qué cosas!
Y, un dato mucho más útil: ¡el jengibre se pela con cuchara! Sí, como lo lees. Si el jengibre está cosechado en su momento correcto, es mucho mejor pelarlo con una cuchara que con un cuchillo, ¡pruébalo!
Y esto es todo lo que queríamos contarte sobre el jengibre, ¿te animas a cultivarlo en tu huerto?
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