«Papá, ¿por qué no escribimos juntos un libro de plantas». Estos fueron los comienzos de Cultivando en casa. Este libro es, en cierta manera, un ejemplo de cómo a veces cosas que han pasado tiempo atrás cobran sentido en el presente y parece que los planetas se alinean con el fin de lograr un propósito.
Las semillas de Cultivando en casa
Se podría decir que la semilla de este libro (nunca mejor dicho) se sembró hace unos dos años, cuando Clara, viendo que hoy en día cualquier persona puede autopublicar sus libros sin la necesidad de una casa editorial que lo respalde, llamó a Juan, su padre, y le propuso escribir juntos un libro sobre plantas. Le llamó en vez de decírselo en persona porque viven a casi mil kilómetros de distancia, él en Sevilla y ella en Barcelona.
Sin embargo, la simiente hay que buscarla muchos años atrás, hace unos 15 años (a principios del milenio…) cuando Juan tuvo una seria complicación cardíaca que le obligó a alejarse totalmente de su vida laboral y hacer una larga recuperación. En aquel delicado momento, algo le impulsó a apuntarse a una escuela de jardinería y paisajismo. De niño nunca le había gustado mucho estudiar y no era muy bueno recordando ciertas cosas como cumpleaños y fechas señalas. Sin embargo, en esta nueva etapa de estudiante (pasados los cuarenta) era el primero de la clase y era increíble ver cómo se aprendió (y aún hoy recuerda) los nombres científicos de mil y una especie.
Pasó de estar horas delante de un ordenador, gestionar personas y solventar muchos “marrones”, a estar horas al aire libre, hacer cientos de cosas relacionadas con las plantas y estar siempre del lado de lo “verde”.
¡Que se sume todo el mundo al verde!
Siendo así, y habiendo entendido lo fascinante a la par de beneficioso que es el mundo natural, por qué no intentar, desde una posición la mar de modesta, que otras personas se sumen al carro de vivir más en contacto con las plantas. Y qué mejor manera de hacerlo que animando a todo el mundo a cultivar en sus propias casas, a tener un rinconcito de vida natural en sus hogares, aunque sea de escasas dimensiones.
Y no para plantar cualquier tipo de especies, o simplemente plantas o flores bonitas, sino para cultivar verduras, hortalizas, frutas o hierbas aromáticas, todas ellas aptas para el consumo. Es decir, que se acerquen a la naturaleza y que, además, puedan alimentarse de los frutos de su esfuerzo, ¿puede haber algo mejor?
Un proyecto más que padre-hija
Pues así es como nació este libro, con este objetivo. Detrás de él hay cientos de emails con ideas, capítulos, correcciones, propuestas de maquetación…, y miles de WhatsApps con imágenes, opiniones… Y sobre todo, mucho cariño y mucha ilusión puestos en este proyecto familiar. Porque aunque los creadores del libro son Juan y Clara, toda la familia e incluso allegados, han sido pacientes testigos del proceso, colaborando, dando ánimos y aportando sus puntos de vista.
¿Quién le iba a decir hace unos años a Juan y a Clara que acabarían escribiendo y autopublicando un libro de horticultura juntos? A veces, la vida va por unos caminos que no entendemos, pero luego, de alguna forma, se “alinean los planetas” para que lo vivido tenga sentido y florezcan proyectos tan bonitos como este.
¡Esperamos que os guste tanto como a nosotros!
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Mi curiosidad e interés por tener el libro ha aumentado considerablemente al consultar la página.
Muchas gracias, Alfonso. Espero que te resulte interesante el resto del contenido del blog, ¡gracias!