En los últimos meses estamos teniendo la oportunidad de conocer algunos destinos de Sudamérica (aquí te contamos cómo los incas eran lo más en agricultura). Aparte de la cultura, la naturaleza y las gentes, un aspecto importante de los destinos que se visitan es la gastronomía. En Ecuador conocimos una variedad de tomate de la que nunca había oído hablar: el tomate de árbol. En este post te contamos qué es, para qué sirve y cómo cultivar este peculiar tomate de árbol.
Características del tomate de árbol
Su nombre científico es Solanum betaceum y pertenece a la familia de las solanáceas. Se trata de un arbusto que puede llegar a los 3 o 4 metros de altura, con el tronco grisáceo y hojas perennes. Las flores son de color blanco o rosado, y miden un centímetro y medio como máximo.
Como su propio nombre indica, se caracteriza porque en vez de crecer en matas como sus otros hermanos tomates, crece en un arbusto. Sus frutos son de tamaño medio (entre 4 y 8 centímetros), abombados (no son redondos o chatos como los tomates a los que estamos acostumbrados) y de color rojo o anaranjado, y posee muchas semillas que son comestibles.
Su origen en andino, es decir, de la parte central de Sudamérica donde se encuentra la gran cordillera de los Andes. Siendo así, es lógico que suela cultivarse a cientos o miles de metros de altitud sobre el nivel del mar. Es de uso común en Colombia, Perú, Ecuador, Bolivia, Venezuela y Argentina. Curiosamente, en Nueva Zelanda se le puso el nombre inventado de Tamarillo para que la gente no lo confundiera con el tomate común.
Usos gastronómicos del tomate de árbol
Nosotros lo comimos por primera vez en Ecuador, en un zumo que nos preparó la dueña de un hostal súper amable de Puerto López. Es más, vimos el «jugo» (allí le dicen jugo a lo que en España llamamos zumo) de color rojizo y no teníamos claro de qué fruta estaba hecho porque, de hecho, no tenía el sabor característico de una fruta, ¡porque era un tomate! Sin embargo, no era un zumo de tomate como el que se vende en tetrabrick, ni nada parecido a un gazpacho. La verdad es que es difícil de describir con palabras, ¡tienes que probarlo!
Además de en jugos, el tomate de árbol puede usarse para ensaladas o guisos, es decir, como el resto de tomates, pero es cierto que tiene un sabor más dulce (o agridulce), es por eso que también se utiliza en postres o dulces.
Usos curativos del tomate de árbol
Hierro, potasio, magnesio y fósforo son los 4 minerales que aporta el tomate de árbol al organismo, así como vitaminas A, C y E. Se suele usar en países de Latinoamérica para tratar síntomas de resfriado, gripe, afecciones de garganta (anginas o amígdalas).
Cómo cultivar el tomate de árbol
Hay que tener en cuenta que es una planta acostumbrada a las alturas y a las temperaturas no demasiado calientes. No obstante, si tienes la oportunidad de probar a cultivarla siempre puedes intentarlo y obtener sus deliciosos frutos, casi imposibles de encontrar en España. Eso sí, ten en cuenta que necesitará más espacio que una tomatera al uso, que suele poder cultivarse hasta en una maceta.
Están acostumbrados a temperaturas de entre 14 y 24 grados centígrados, a una abundante pluviosidad y a suelos ricos en materia orgánica.
Se puede cultivar sembrando sus semillas (aquí tienes un pack con semillas de 16 tipos de tomates), que germinan fácilmente (aunque un poco lentamente) y puede dar frutos un año después de haberlo sembrado. Además, ¡pueden dar frutos 48 meses seguidos! Necesita abundante riego y ser protegido de los vientos y las elevadas temperaturas.
¿Te atreves a cultivar tomate de árbol?
Si no, siempre puedes cultivar los tomates tradicionales: aquí tienes una guía con todo lo que necesitas saber para cultivar tomates en tu huerto casero.
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