Especial verduras de invierno: ¡imprescindibles en una dieta sana y equilibrada!

Brócoli cocinado

Aunque los meses de esta estación, el invierno, no sean los más adecuados para cultivar en nuestro huerto, hay una serie de hortalizas que se han adaptado perfectamente a las condiciones ambientales propias de esta época. Son la familia brassicaceae, o como a nosotros nos gusta seguir llamándola, crucíferas.

El nombre de crucíferas se debe al hecho de que las flores de esta familia posean cuatro pétalos en forma de cruz. Generalmente son plantas anuales, bienales (no confundir con bianuales) e incluso perennes.

Existen más de cuatro mil especies catalogadas, la inmensa mayoría son aptas para el consumo, pero como pasa con multitud de familias botánicas, sólo se comercializan una ínfima parte de las mismas.

Como cultivar crucíferas

Su cultivo no es complicado, a finales de verano podemos sembrar en semillero o bien adquirir plantones para cultivar directamente en el huerto. Hay que tener en cuenta que necesitan riego abundante (si no hay lluvias), un sustrato rico en nutrientes (turba, compost, estiércol, humus de lombriz…) y un buen drenaje.

El top ten de las crucíferas

Brócoli, col, coles de bruselas, coliflor, col rizada o berza, mostaza, nabo, rábano, rúcula y wasabi.

Debido a su alto contenido en vitamina C y antioxidantes entre otras muchas y beneficiosas propiedades, son prácticamente imprescindibles en una dieta saludable.

A continuación, te damos una pincelada de cada una de ellas.

1. Brócoli

Para nosotros, el rey de las crucíferas, este “pequeño arbolito” es una maravilla de la naturaleza. Excepto la raíz, toda la parte aérea es comestible, además de un sabor muy peculiar es rico en calcio, hierro, potasio y magnesio.

Se puede tomar salteado, hervido, al vapor o rebozado. Un auténtico placer para los sentidos.

Brócoli

2. Col

A pesar de contener más de un 90% de agua, es rica en vitaminas A, B y C. Tiene muy pocas calorías e hidratos de carbono, sin embargo nos proporciona fibra, calcio, potasio y ácido fólico.

Se puede tomar cruda, hervida o fermentada.

3. Coles de Bruselas

Como otras congéneres, son muy ricas en fibra, vitaminas A y C y minerales como el calcio y el hierro. Su sabor es un poco amargo, lo que se puede compensar con sirope de arce o miel.

Se suelen preparar salteadas, guisadas o en menestra.

Coles de Bruselas

4. Coliflor

De la coliflor solo es comestible su inflorescencia, es decir, el conjunto de flores blancas carnosas y tiernas. De alto contenido en agua, es poco calórica y pobre en hidratos de carbono y grasas. Es rica en vitamina C, proteínas y potasio. Posee propiedades antiinflamatorias y depurativas.

Se puede tomar cruda, aliñada, al horno, rebozada, etc.

5. Col rizada

Es muy rica en vitamina A y C, fibra, calcio, potasio y antioxidantes, además contiene omega 3. Carece prácticamente de grasas y calorías. Ayuda a hacer la digestión y regula la flora intestinal.

6. Mostaza

La parte comestible de esta planta son las semillas. Desde hace siglos se han utilizado también en ungüentos y cataplasmas por sus importantes propiedades medicinales: fuente de vitaminas A, B9 y C, minerales como el sodio, potasio, calcio y magnesio, ayuda a combatir artritis y reumatismos, elimina toxinas, favorece la circulación de la sangre, reduce el colesterol y la hipertensión.

Hay más de 40 variedades de especies de mostaza, las más comunes son la negra, la blanca y la salvaje.

Se utiliza como aderezo en todo tipo de platos. La famosa salsa está compuesta de mostaza, vinagre, agua y sal.  Una joya culinaria al alcance de todos.

Flor de la mostaza

7. Nabo

Hay bromatólogos que afirman que el nabo contiene tanto o más calcio que la leche. Es muy rico en agua y fibra, lo que favorece el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. Aporta vitaminas C y varias del tipo B, y minerales como el calcio, fósforo y potasio.

Se puede tomar crudo en ensaladas, hervido, asado o guisado.

8. Rábano

Pueden ser rojos, blancos o negros, como la mayoría de las crucíferas son ricos en vitaminas C y B, tienen propiedades antioxidantes; son ricos en calcio, hierro y potasio, favorecen la flora bacteriana, ayuda a evitar el estreñimiento y es diurético.

Se suelen tomar crudos como aperitivo o en ensaladas.

Rábano blanco

9. Rúcula

De intenso color verde, sus características hojas lobuladas o dentadas pueden llegar a medir hasta 25 cm de largo. Su sabor es ligeramente picante, se recomienda consumir las hojas jóvenes en ensaladas o bien salteadas para aderezar pastas y arroces.

Rica en fibra y vitaminas A y B, contiene calcio y potasio así como ácido fólico.

Regula los niveles de glucosa en sangre, ayuda a controlar la hipertensión y a prevenir enfermedades cardiovasculares.

10. Wasabi

Esta peculiar planta de origen japonés se caracteriza por su pungencia, es decir, su potente picor y ardor tanto en boca como en nariz. Como la mostaza, se recomienda consumir en pequeñas cantidades.

Es un alimento energético rico en vitamina C así como en antioxidantes.

Se utiliza para condimentar o acompañar pescados crudos por sus propiedades antisépticas y antibacterianas. Imprescindible para acompañar típicos platos japoneses como sashimi y sushi.

¿No te parecen increíbles?

Anímate a cultivar y consumir estas deliciosas y nutritivas verduras de invierno.

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