El pobre calabacín no es desde luego la verdura más popular. Sin embargo, los estudios revelan que podríamos llevar unos 10 milenios de años comiendo este vegetal, ya que fue una de las primeras plantas que se domesticaron. Fue en el actual México, alrededor del año 8.000 antes de Cristo, cuando empezaron a cultivar las variedades salvajes y domesticarlas, extendiéndose progresivamente hacia el norte y el sur, y al resto de continentes a partir de la llegada de los europeos al continente americano.
Es cierto que se considera un cultivo exigente debido a sus necesidades de sol, agua y tierra, pero también es verdad que cultivar tus propios calabacines te dará una gran satisfacción. Por no hablar de lo bonitas, e incluso deliciosas, que son sus flores.
¿Cómo sembrar calabacines?
Dependiendo del clima y del mes, se puede sembrar en semillero o directamente en tierra. Para siembras más tempranas o en climas fríos, se recomienda sembrar en semilleros, en los que tendrás que poner unas tres semillas por alveolo. Una vez que hayan germinado y crecido, será el momento de trasplantarlas cuando tengan unas cuatro hojas y el clima se haya vuelto más benévolo, sin heladas a la vista.
Por otro lado, si siembras en tierra directamente (indicado para climas más templados o siembras más avanzadas en el año), introduce también unas tres semillas en cada agujerito de la tierra y, si tienes sitio, deja al menos medio metro entre las matas, ya que el calabacín necesita espacio. Cuando germinen, tendrás que recurrir al aclareo para dejar una sola planta por hueco.
En cuanto a las asociaciones de cultivos, es buena idea ponerlos cerca de lechuga, cebolla y patata, pero no con rábanos y pepinos.
Variedades de calabacín
Hay varios tipos de calabacines, aunque el verde es el más extendido. También puedes encontrar fácilmente el calabacín blanco y el calabacín redondo o luna. Menos comunes son el amarillo, el florentino (que conserva la flor), el trompeta, el siciliano y, sin duda el más peculiar, el calabacín de Patisson, que parece una tartaleta.
Necesidades del cultivo de calabacín
Este cultivo prefiere los climas templados y no es muy amigo del viento. Si quieres una buena mata de calabacines utiliza una tierra suelta y rica en sustancia orgánica. Puedes añadir al sustrato estiércol, compost maduro o fertilizante orgánico, y hacer aportes periódicos.
También te recomendamos añadir una capa de acolchado, que proteja el cultivo tanto del frío como del calor.
Especialmente durante la fructificación, el calabacín necesita humedad en la tierra, ya que su fruto es grande y carnoso, pero eso no significa que el sustrato tenga que estar encharcado.
Es uno de esos cultivos que se consideran exigentes, pues necesita un buen sustrato, abundante luz y abundante agua.
En cuanto al recipiente, no es lo ideal cultivar calabacines en macetas, a menos que sean macetas muy grandes o variedades nana de calabacín. Sí que puedes hacerlo en cajones o mesas de cultivo, huerto en escalera o directamente en el suelo.
Pinzamientos y entutorado en la planta del calabación
Cuando la planta vaya creciendo, es recomendable realizar pinzamientos para que no se desarrolle más de la cuenta. En general, los cultivos tienen a expandirse, pero si los dejamos que sigan creciendo, echando más ramas y flores, no será capaz de llevar a buen término todos los frutos. En el caso del calabacín, después de que las ramas emitan seis u ocho hojas, despunta el ápice. Ve eliminando las ramas que no tengan flores y deja tres o cuatro flores por rama.
El entutorado también suele ser necesario, especialmente en las variedades trepadoras (con zarcillos). Se trata de dar a la planta un apoyo extra para que pueda sostener el peso de los frutos. Cuando las flores vayan dando paso a los frutos (que son una bolita pequeña al principio), coloca palos o cañas cerca de los tallos y átalos con cuerdas naturales sin estrangularlos. También puedes usar un enrejado de madera o una malla de cuerda.
Flores del calabacín
Por cierto, las bonitas y amarillas flores del calabacín son machos y hembras. Solo darán fruto las flores hembras polinizadas, por lo que más vale que haya insectos alrededor que hagan bien su trabajo trasportando el polen.
Para asegurarte de que las flores sean fecundadas, en caso de que no haya insectos, puedes polinizarlas manualmente, frotando con un bastoncillo de algodón o similar los estambres y las anteras de las flores masculinas, e introduciendo el bastoncillo en el estigma de la flor femenina. Puede ser un poco laborioso muy eficaz.
Quizás no lo sepas, pero en la cocina italiana las flores de calabaza y calabacín se comen, y son deliciosas. Se cocinan fritas con una especie de tempura. Aquí es difícil encontrarlas para comprar, pero si tienes flores de sobra de tus matas de calabacín, ¡atrévete a probarlas! Puedes encontrar la verdadera receta italiana aquí.
Los frutos se recogen cuando tienen entre 15 y 20 centímetros. Para ello, utiliza un cuchillo bien afilado para cortar el pedúnculo. Puedes estar más de dos meses recogiendo la cosecha de tus calabacines.
Usos y propiedades de los calabacines
Aunque sea tristemente conocido como uno de los ingredientes estrella de las dietas de adelgazamiento ya que tienen muchas propiedades y muy pocas calorías, no significa que tenga que ser una comida aburrida.
Es más, hay muchas maneras de preparar el calabacín, ya sea como ingrediente principal (calabacines rellenos, carpaccio de calabacín, tortilla de calabacín), o junto con otras verduras en innumerables guisos, pastas, cremas, sopas, etc.
Una verdura versátil, que se puede consumir de múltiples formas y que te animamos a cultivar en tu huerto casero.
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