Los pimientos suelen estar presentes en la mayoría de huertos caseros. Por un lado, son plantas vistosas y productivas y, por otro, sus frutos son muy versátiles en la cocina. Las pimenteras se adaptan bien a macetas o jardineras, por lo que puedes tenerlos en terrazas, balcones o patios sin problema.
Hay enorme variedad de pimientos en cuanto a colores, formas, tamaños… Generalmente se clasifican en “dulces” (pimiento morrón, italiano, de freír) o picantes (pimiento de Padrón, jalapeño, cayena, guindilla…).
La palabra pimiento abarca un gran abanico de variedades pero, de forma general, necesitan cuidados similares, y en este post te contamos cómo cultivarlos en tu huerto de forma exitosa. ¡Sigue nuestras recomendaciones y disfruta de los pimientos de tu propio huerto!
Cómo sembrar pimientos
En el hemisferio norte, la siembra se realiza entre enero y marzo, y el trasplante entre abril y mayo, cuando ya no hay riesgo de heladas.
El pimiento es un cultivo que tendrás que sembrar primero en semilleros, no directamente en tierra, haciendo un agujerito y poniendo las semillas a entre medio y un centímetro de la superficie. Las semillas de pimiento no son pequeñas, por lo que puedes manipularlas individualmente, y poner unas tres semillas en cada alveolo, así te aseguras de que si alguna se malogra te quedarán las demás.
Los pimientos se lo toman con calma para germinar; según las variedades tardan de 7 a 14 días o de 10 a 20 días, ¡ten paciencia! Tú sigue regando los semilleros con un pulverizador, manteniendo la humedad constante sin encharcar. Como siempre, también puedes comprar plantones en el vivero y ahorrarte el tiempo de esta parte.
Cuando alcancen unos 10-15 centímetros será el momento de trasplantarlos (probablemente al mes o mes y medio de la siembra). Esta operación requiere siempre ser cuidadoso, y es ideal regar antes de realizarla para facilitar que la planta salga del semillero, y que obtengas también el cepellón al sacarla.
En este momento, puedes trasplantarla a un recipiente intermedio (una maceta), o directamente al huerto. Cada planta necesitará estar distanciada unos 30 centímetros de las demás para desarrollarse correctamente.
Qué tipo de tierra y riego necesitan los pimientos
Los pimientos necesitan una tierra rica en potasio y calcio, bien aireada y con suficiente fondo, ya que sus raíces son profundas (pueden alcanzar los 40 centímetros). Por este motivo, si los cultivas en macetas, deberán tener profundidad.
Por otro lado, el drenaje también es fundamental, pues cuando realices los riegos tendrán que ser abundantes para que lleguen a la totalidad de las raíces, incluso a las más profundas. Otra buena idea es añadir estiércol al sustrato antes de proceder al trasplante definitivo, o usar una mezcla de compost, fibra de coco y humus de lombriz.
Como decíamos, el riego tiene que ser abundante y regular para que llegue a todas las raíces, pero sin excedernos. La tierra debe estar húmeda pero no empapada. Recuerda que los momentos indicados para regar son al amanecer o al atardecer, nunca en las horas centrales del día.
Además, la planta del pimiento requiere sol y calor, que se lo aportará el estar expuesta a muchas horas de luz (entre 6 y 8 horas de sol directo al día). Asegúrate de dejarle uno de los sitios más soleados de tu huerto, y ya verás qué bien le sientan los días largos y cálidos propios del verano.
Por otro lado, el acolchado te puede resultar útil si las temperaturas son bajas al inicio, para proteger a las plantitas del frío, y si las temperaturas son demasiado cálidas en el momento de la floración y fructificación, para evitar que haya demasiada evaporación.
Los pimientos necesitan luz y calor, pero eso no significa que quieran achicharrarse.
Pinzamientos y entutorado
En el pimiento es importante que realices pinzamientos o poda de formación. Se trata de ir eliminando los nuevos ápices para que la planta no se desarrolle sin control, sino que tengamos las ramas y flores justas para que pueda fructificar sin problemas. Como solemos decir: mejor calidad que cantidad. Es decir, mejor tener menos y mejores pimientos que muchos y de poca calidad y tamaño. Con los pinzamientos tendrás una planta más vigorosa, y con la poda ligera puedes eliminar hojas bajas y ramas interiores para mejorar aireación y prevención de enfermedades.
Por otro lado, las variedades con los frutos más grandes necesitan tutores, que ayudarán a que las ramas soporten el peso de los pimientos. Puedes poner cañas, mallas, celosías… Elige los tutores que más se ajusten a tu huerto y al tipo de pimiento que estás cultivando. Como siempre, usa fibras naturales para atar las matas a los tutores, y no aprietes mucho para no estrangular los tallos.
Floración y cosecha de los pimientos
Las flores del pimiento son pequeñas y blancas, y de cada flor saldrá un pimiento. Los pimientos son frutos curiosos, pues si lo piensas están huecos y llenos de semillas, y lo que nos comemos es la parte externa, no el interior ¡porque está vacío!
Como sabrás, hay numerosas variedades de pimientos, por lo que la recolección oscilará entre los dos o tres meses tras la siembra, hasta cinco meses los más tardíos. Ten en cuenta que no hay que esperar a que los pimientos estén completamente maduros para recogerlos de sus matas, excepto las variedades específicas que se cultivan secas. Te recomendamos hacer la cosecha con tijeras de huerto para no dañar la planta.
Tras la cosecha, dependiendo de la variedad que tengas, podrías mantener las plantas para el año siguiente, pues en algunos casos pueden florecer y dar frutos durante varios años.
¿Por qué pican algunos pimientos?
La culpa la tiene la capsaicina, una sustancia alcaloide que produce un picor o ardor denominado pungencia y que afecta principalmente a las membranas mucosas de la boca y el aparato digestivo. Los pimientos que pican son la base de numerosas salsas picantes (tabasco, diabla, habanera), y la capsaicina también es usada en medicina por sus propiedades analgésicas, pues alivia dolores producidos por lumbalgias, contusiones y neuralgias.
Sin embargo, hay que saber que algunos pimientos pican tanto que pueden producir, entre otros síntomas, nauseas, vómitos, ardores, sudor frío y molestias estomacales. En estos casos, se pueden aliviar tomando azúcar, aceite, leche entera o masticando pan. No es recomendable tomar agua como hacen la mayoría de las personas ya que no disuelve bien la capsaicina.
Para saber cómo de picantes son los alimentos, el químico y farmacólogo Wilbur Scoville hizo la “Escala de Scoville” y desarrolló un método para medir la pungencia, que se mide en unidades SHU (Scoville Heat Units). Para que te hagas una idea, los pimientos de Padrón tienen 2.500/5.000 unidades, la pimienta roja, cayena, guindilla o chile tabasco 30.000/50.000 unidades, ¡y el chile habanero rojo 350.000/600.000!
Asociaciones de cultivos con los pimientos
Poner tus pimenteras cerca de albahaca y tomateras será beneficioso para ti, pero no las pongas cerca del pepino.
Otros datos
¡Obtener las semillas de los pimientos es muy sencillo! Las tienes a simple vista cuando cortas el fruto. Lava las semillas, sécalas y déjalas al sol un par de días. Luego, guárdalas para la siguiente temporada (en bolsitas de papel o plástico) y no te olvides de etiquetarlas correctamente para que luego sepas de qué son esas semillas.
A la hora de cocinarlos y consumirlos también hay infinidad de opciones, pues algunos se comen como plato principal, otros como acompañamiento; también se pueden usar para hacer sofritos, para aderezar o aportar sabor picante…
Los pimientos son ricos en vitamina C, antioxidantes y fibra.
¡Anímate! Tener pimientos en tu huerta será todo un acierto
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